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Cuento

Cuento

Cuento
Me gustaría saber escribir
para escribirte un cuento
y de principio a fin
llenarlo con lo que siento

Me gustaría saber escribir,
escribir en el aire un cuento,
y que mi niña al respirar,
inhale, mis sentimientos.

Pero no hay lengua ni dialecto
que contenga las palabras
para expresar lo que siento.

Por eso le dije al viento
que te lleve, en mi silencio,
sin palabras, éste mi cuento


A tu lado

A tu lado



Sabor a sal

Sabor a sal

Cuando los labios saben a sal y el mar no los ha besado, se entristecen las estrellas y palidece mi sonrisa. La vida es una sucesión de recuerdos y anhelos, de sonrisas y lágrimas. La primavera, el verano, el otoño, el invierno... aunque se vayan siempre vuelven, pero nunca serán iguales. Los recuerdos nunca se van del todo, por mucho que intentemos olvidarlos. Y cada amanecer surgen nuevos recuerdos que nos ayudan a vivir el presente, a sentir el pasado y anhelar el futuro. Merece la pena... soñar en la noche, esperar el día, amanecer en la esperanza, vivir en la ilusión.

Hoy tus labios saben a sal. El mar se ha derramado bajo tu mirada y se han humedecido tus mejillas. Quisiera que tus ojos nunca se empañaran y que siempre pudiera reflejarse en ellos mi mirada. Que fueran el espejo de sonrisas y emociones, de sueños y recuerdos.

No se puede vivir soñando, pero no merece la pena vivir sin soñar. Por la sal de tus ojos, soñemos.


Compañía - I -

Compañía - I -


Una pareja camina, pasean sus pies sin destino.
Noche en la ciudad antigua. Las piedras doradas de la tarde son solo recuerdo. El alba amenaza las sombras. Y en la calle Compañía, ahora desierta, la pareja camina. El camina delante, ella le sigue de la mano. Una mano en su mano, y en la otra un tulipán robado. El lo robó para ella, para la muchacha teñida de hena, para la ninfa pelirroja que juega en la noche. Ella suelta su mano.
El, mientras la mira, imagina. Ella corretea como una niña. El la mira como a una mujer. Ella se acerca y sonríe. El cierra los ojos y espera.
Un beso, un abrazo, sin un después.



Compañía - II -

Compañía - II -



Ciudad antigua. Calle Compañía. Bajo el muro y la enredadera que lo viste un arpa y un violín, y la pareja que los acompaña. Una pareja madura. Ella sentada, el de pie. Ella morena oscura, él blanco albino. Ella abraza un arpa, el aprieta un violín. El arpa parece muda, solo susurra sonidos. Del violín, y de las manos que lo sostienen, brotan notas enfrentadas. Me pregunto que opinará ella de ese violín, chirriante de melodías nunca encontradas. Pero ella, abrazada al arpa, no parece escuchar lamentos.





Melancolía en la tarde

Melancolía en la tarde

Hoy es domingo. De todos los días de la semana el domingo nunca fue mi predilecto. Siempre preferí los sábados, más informales y alegres, sin la amenaza del lunes cercano.
De pequeño los domingos eran preludio de vuelta al colegio -y cuando yo era pequeño ir al cole no era tan alegre como parece que lo es ahora-. Años más tarde los domingos se convirtieron en días brumosos, de mañanas resacosas con tapeo familiar y tardes de cine y fútbol -y a mi el fútbol nunca me gustó-. De adulto -más o menos lo que se supone que soy ahora-, los domingos siguen siendo preludio de lunes soñolientos y de la rutina semanal del reencuentro laboral.También son días tranquilos, pero a veces lo son demasiado.

Nunca he podido evitar sentir los domingos como un día al que siempre le acompaña un halo de tristeza, sobre todo los domingos de invierno, sobre todo las tardes de domingo de invierno. Pero también me traen recuerdos, porque una tarde de domingo de invierno me evoca recuerdos de tardes con sabor a té con leche y chocolate con churros. También a pipas y juegos caseros.

Ahora es tarde de domingo, pero no es invierno, aunque si miro por la ventana lo parece. Es una tarde de otoño, de este otoño tardío que definitivamente parece haberse olvidado del verano.

Llueve, el viento sopla con fuerza y la melancolía acompaña la tarde que parece tener prisa de ser noche.


Llanto

Llanto

Llanto, el cielo llora
Tartamudea la noche
y valvucea mi voz
________Pasos resonando en el vacio
voces que gritan silencios
vientos que llevan mensajes
mensajes, voces y gritos;
gritos ahogados en el silencio.
________ Silencios, siempre silencios
del día a la noche
de la realidad al sueño.
Habla el silencio
y brilla la noche




________¿Quién ríe?
________________ Nadie contesta
________pero todos rien.
________
________Y tu preguntas:
___________¿Quién llora?
________________ Quien sino
__________él que sueña en nubes,
__________él que escucha al viento,
__________él que pinta palabras
____________________ el que escribe en el agua


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Frío

Frío

Frío. Noche en la tarde, sin que haya amanecido el día. Niebla, frío. Vacío. Las calles duelen, el aire hiere. Encogido, aterido. La prisa grita por llegar.
Soñar. Calor. Amor.
Abres la puerta. Silencio en la llegada. Me recoge tu mirada. Te miro. Ríes. Sonrío. Yo todo. Tú nada. Me miras. Te abrazo. Me aprietas. Silencio. Pregunto. Asientes. No espero. Me sientes. Te siento. Me pierdo. Mis labios buscan. Te encuentro. Mi lengua despierta. Juega, rebelde, inquieta.
Respiras. Aspiras. Suspiras. Me miras. Me sientes. Te siento.

El frío es olvido


De vuelta

De vuelta

Estoy de vuelta, y no quiero decir "de vuelta de todo", aunque también (pero sólo a ratos). De vuelta después del silencio. De vuelta a las palabras, las mías y las vuestras. De vuelta a este otro universo, que es el mismo, pero que como un espejo nos permite reflejarnos y ver lo que a veces no vemos. De vuelta, simplemente de vuelta. Y no tratemos de dar la vuelta a un espejo como si fueramos niños, no hay mayor decepción que ver el otro lado.

Pero como niños, mantengamos siempre la ilusión...


Palabras

Palabras


palabras amargas, palabras alegres
palabras que lloran, palabras que sonríen
palabras que gritan, palabras que callan,

palabras que llevan latidos, palabras que dejan huella

palabras que comparten sentimientos
palabras que acortan distancias

palabras que no dicen nada, palabras que lo dicen todo

palabras

palabras que compartimos




Juegos



Juegos


Juegos




Noche

Noche


___________ Ella sigue mirando
___________mirando en su silencio

________________ Hablo, grito y le suplico
___________mis brazos se agitan en el aire
___________mi voz desgarra su silencio
________________ pero no hay respuesta
___________La noche no habla
___________La noche no ríe
________________La noche espera
___________y yo en la noche
__________________________ La eterna noche



La caricia de su mirada

La caricia de su mirada

Estuvo escuchando, prestó toda la atención que le fue posible. Pero no entendió, no pudo comprender. Ella ni siquiera parpadeaba, convencida de que sus argumentos eran irrebatibles, segura de si misma, de que no hay nada ni nadie que le pudiera contradecir. Porque ella jamás se equivocaba, no podía aunque quisiera. La equivocación estaba fuera de su alcance.

El callaba, que otra cosa podría hacer si no. Sólo alguna lágrima recorría su mejilla y ella, sin que una dulce sonrisa pudiera abandonar sus labios, la recogía. Le decía que no había por qué preocuparse, todo estaba resuelto, no era posible la vuelta atrás. Y volvía a repetirlo cuando a falta de palabras eran las lágrimas de él las que hablaban.

El tiempo pasaba lentamente, y lentamente su voz se iba apagando. Dentro de él ya no surgían preguntas, ni tan siquiera la del porqué de todo esto. Todo carecía de importancia cuando lo único importante para él era ella, siempre lo había sido. Pero ella no lo veía así. Se acercaron aún más y ambos se fundieron en un abrazo sin final. Ya no le quedaría nada de ella, sólo el recuerdo.

Dejó resbalar unas últimas lágrimas. Y aquella soledad de la que habían huído invadió todo su ser, para no abandonarle más que en la encrucijada de algún sueño.

Aún hoy, cuando mira en la noche a la más pequeña y perdida de las estrellas, puede sentir su dulce sonrisa acariciando su mirada.


Búsqueda

Búsqueda



Desierto que busca agua

donde ahogar su arena


Flores que buscan viento
donde esparcir aromas


Ave que busca rama
donde posar desdichas


Sueños que buscan cama
donde dormir,


................ tu cuerpo




Bebe

Bebe

Alguien me preguntó hace poco por la música que me gustaba. Es una pregunta sin respuesta, o tal vez la respuesta tuviera que ser muy larga, tan larga que ni yo mismo sabría contestarla en un momento.

Por ejemplo hace una semana descubrí a Bebe. Descubrí sus otras canciones, no solo esas dos que han sonado este verano en radio y televisión. En todo ese tiempo sus ojos me habían intrigado pero ahora su voz y sus palabras me han poseído.

Esta es una de las canciones del álbum de Bebe que merece la pena saborear


BEBE – Revolvió

Por qué fue suficiente hablarle con los ojos desde allí
si en ese mismo instante su vida era tranquila y feliz

La vino a revolver con bollitos y miel
Mareas en la tierra el cielo iba cubriéndose de gris
Porque salió en torrente el miedo y las ganas de sentir
y quiso saborear la masa de su pan

Revolvió su calor, con su voz
con leche y azúcar se lo dio a beber
Moldeó el corazón, la razón
con unos besos de ron y miel
Horneó con su aliento su pelo
y caramelo parecía al terminar
Y quiso saborear la masa de su pan

Escríbele canciones
Envíale tu voz donde él esté
Nadando por su almohada
Le vino a visitar en sueños él
La vino a revolver y se dejó hacer
Estampidas en la tierra
El cielo iba tiñéndose marfil
porque brotó en torrente
el verbo y las ganas de sentir
Y pudo saborear la masa de su pan


Primeros días en el colegio

Leyendo a Sole en su primer día de colegio he intentado recordar el mío, pero no lo recuerdo.
Lo que si recuerdo, después de dos semanas de acudir a clase por la mañana, fue el día en que empezaron las clases también por la tarde. Por aquel entonces, pasar la mañana aprendiendo en el colegio me parecía bien, pero lo de ir por la tarde era otra cosa. Además nadie me había avisado, y eso no me pareció correcto.

Aquella tarde mis súplicas no me sirvieron de nada y tuve que acudir resignado al colegio. Poco después de que mi madre se fuera dejándome enrabietado en mi clase decidí poner fin a semejante injusticia y me escapé. Salí corriendo como alma que lleva el diablo con mi cartera verde de la mano y no paré hasta llegar a casa. Por aquel entonces mi casa estaba relativamente cerca, aunque para un niño de 5 años ese pequeño viaje fuera una gran aventura.
Como vivíamos en un bajo trepé hasta la ventana del salón y dejé mi cartera encima de la repisa. Crucé la calle y decidí quedarme en la pared de enfrente esperando con los brazos cruzados y cara de indignación que mis padres se percataran de mi presencia.

Yo no lo sabía, pero no tardaron mucho en descubrirme y su reacción no me la podía haber esperado. No salieron a por mi, no me obligaron a volver al colegio, no me dieron unos azotes… me dejaron toda la tarde allí solo, enfrente de casa, esperando, y cuanto más duraba la espera más se iba transformando mi indignación por lo que ellos me habían hecho en temor por lo que yo había hecho.

No supe hasta mucho después que me estubieron observando y que de esa forma decidieron darme una lección. No sé si su idea fue buena o mala, lo único que sé es que desde aquel día y durante unos cuantos años no puse ningún reparo en ir al colegio, ya fuera por la mañana o por la tarde.


En la distancia

En la distancia


Distancia que separa y que une en la esperanza
Esperanza de sentirte respirar mis sueños en tu almohada
Almohada fría y húmeda en la espera de una cama
Cama ancha es la mía sin las sábanas de tu piel
Piel que ansía a cada instante compañía
Compañía de tu boca entre mis labios
Labios húmedos de noches sin distancia


. . .



Arte

Arte

Cuando iba al colegio nos llevaron al museo del prado en una excursión escolar. Estuvimos dos horas en el museo y vimos los cuadros de una única sala -y no todos-. Uno de los profesores nos explicó con todo detalle cada una de aquellas obras de arte sin que ninguno de los niños nos enterásemos de nada.

Yo pude superar el trauma -más o menos-, pero alguno de aquellos pequeños compañeros míos no lo logró nunca y hoy día en su casa tienen moqueta en las paredes. No pueden ver ni la pintura ni el papel pintado.

Desde poco después de nacer mi hija he empezado a llevarla a museos y salas de exposiciones, pero he empezado por el arte contemporáneo. Así, si no me sale artista, por lo menos habrá aprendido marketing.


Aire

Aire


Anoche tuve un mal sueño, anoche soñé...

Que el viento llevaba mi voz y tú no hacías caso al viento
Que el aire azotaba tu rostro y tu rostro se escondía del aire.

Y es que el viento es aire, sólo aire
pero cuando el aire se para
se paran las hojas, se paran las ramas
se paran los cabellos

... tus cabellos y mis sueños



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